3.8.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 21

Día 21: Cuando tu hilo favorito desaparece del planeta Tierra

Todo empezó bien.
Tenía tres ovillos de un hilo increíble: mezcla de merino con seda, color lavanda otoñal, textura de abrazo.
Perfecto. Inigualable. Irremplazable.
Hasta que necesité más.

Y ahí…
el vacío existencial.


😱 Misión: localizar ese hilo

Busqué en:

  • La tienda online → “producto agotado permanentemente”.

  • Marketplace de segunda mano → vendido hace 8 minutos.

  • Foro de tejedoras → todas llorando por lo mismo.


🔍 Soluciones desesperadas

  • Pedí ayuda en grupos de Facebook. Me ofrecieron otros hilos “parecidos”… como comparar un croissant con pan de molde.

  • Consideré rehacer todo con otro hilo. Pero el chaleco me miró desde la silla, como diciendo “Ni lo pienses.”

  • Llamé a la tienda. Literalmente. Me dijeron: “Ya no se fabrica.” Me costó no gritar.


🧠 Qué haré distinto ahora

  1. Siempre comprar ovillos extra. Siempre.

  2. Guardar etiquetas con código de tinte y marca.

  3. Hacer muestras antes de lanzarme.

  4. No enamorarme tan rápido (de un hilo).


🎭 Reflexión del Día

Perder tu hilo favorito es una tragedia menor…
Pero en el mundo tejeril, se siente como si te cancelaran tu serie favorita a mitad de temporada.

Y sí, encontré un hilo sustituto.
No es lo mismo.
Pero como en toda historia de amor tejida… se aprende a querer lo nuevo.

2.8.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 20

Día 20: El orgullo de terminar un proyecto (y esconder los errores como una profesional)

Hoy terminé un chaleco.
Uno de esos proyectos que te acompañan durante semanas y se convierten en parte de tu vida (y de tu cesta de frustraciones).

Lo bloqueé, lo cosí, lo planché con cariño, y cuando lo miré completo pensé:
“¡Parezco alguien que sabe lo que hace!”


👀 Pero si miras de cerca…

  • Un borde tiene dos puntos menos.

  • Un bolsillo está ligeramente torcido.

  • Y hay un lugar donde cambié el hilo y se nota… si te acercas con lupa y mala intención.


🧠 ¿Qué aprendí?

  1. Terminar es más importante que la perfección.

  2. Los errores son parte del tejido. Como el café en mi mesa: siempre están ahí.

  3. Nadie se fija tanto como tú. (A menos que te rodees de tejedoras, y aún así, te entienden.)


🧶 Trucos ninja para disimular errores:

  • Bloqueo milagroso: El vapor suaviza muchas verdades.

  • Bordado salvador: Una flor aquí, un detalle allá, y ¡adiós fallo!

  • Etiqueta artesanal bien puesta: Que se note que es hecho a mano… no perfecto de fábrica.


🎉 Reflexión del Día

Terminar un proyecto es como cerrar un capítulo.
Puede que no sea perfecto…
pero es tuyo.
Y eso, querida tejedora, vale más que mil puntos perfectos.

1.8.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 19

Día 19: El día que la máquina circular me hizo llorar (otra vez)

Hoy iba a hacer unos guantes de dedos.
Nada complicado, solo un par.
Monté la máquina, coloqué el hilo, giré la manivela y…

CLACK.
Un sonido que sólo puede significar una cosa:
La máquina se ha ofendido.


🔧 Diagnóstico: mal humor mecánico

Al revisar vi:

  • Un punto atrapado.

  • Otro saltado.

  • Y un hilo colgando como si quisiera huir de la escena.

La máquina tenía hambre y se estaba comiendo mi proyecto. Literalmente.


🧠 Qué hice (sin gritar)

  1. Paré todo. (No sirve seguir girando si todo va mal.)

  2. Retiré el hilo con pinzas y mucha paciencia.

  3. Volví a montar el punto desde cero.

  4. Le hablé bonito a la máquina. (No sé si ayuda, pero me calmó.)


💡 Cómo evitar este drama:

  • Revisa la tensión del hilo. Muy flojo = caos. Muy tenso = caos peor.

  • Haz pruebas antes de empezar con el hilo en el proyecto real. Siempre.

  • No te confíes solo porque ayer funcionó. La máquina circular tiene memoria emocional.



😩 Reflexión del Día

Tejer con máquina circular es como tener una mascota robótica:
A veces colabora, a veces destruye tu día.

Pero al final… sí terminé el guante.
Solo uno.
El otro puede esperar a que me perdone.

31.7.25

Manual para decir NO a encargos de último minuto

 

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 18

Día 18: Tejiendo bajo presión — o cuando tu cuñada quiere “algo fácil” para mañana

Todo comenzó con un mensaje inocente:

“¿Tú que haces esas cosas tan bonitas con lana… podrías hacerme un gorrito para mañana?”

¿Para mañana?
¿Mañana mañana? ¿Tipo 24 horas mañana?
¿Y “esas cosas” es cómo le llaman ahora al arte textil?


🏃‍♀️ Tejido a contrarreloj

El reto: gorro con orejeras, “que no pique”, “que sea negro pero con onda” y “si se puede, con su nombre bordado”.

Lo que escuché:

Haz magia textil con expectativas imposibles y cero tiempo.



📈 Fases del tejido exprés

  1. Negación: Esto no puede ser tan difícil.

  2. Ira: ¿Por qué acepté esto? ¿¡POR QUÉ!?

  3. Negociación: Si no lleva orejeras... ¿realmente importa?

  4. Depresión: El hilo se acabó. También mi fuerza vital.

  5. Aceptación: Tejo. Lloro. Repito.


💡 Consejo para futuras “urgencias” textiles

  • Di que no.

  • O di que sí, pero hazlo tú... a tu ritmo, y entregas en Navidad.

  • O haz lo que hice yo: crear un gorro decente y envolverlo con ironía.

Nota de regalo incluida:

Hecho con amor y 6 cafés. No apto para lavar ni para repetir por encargo.


🧶 Reflexión del Día

Tejer rápido no es lo mismo que tejer bien.
Pero a veces, tejer con cariño en condiciones imposibles es lo más real que podemos ofrecer.

Y sí, la cuñada quedó feliz.
Porque aunque lo pidió mal…
yo tejo con el corazón. Y con ampollas.

30.7.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 17

Día 17: El misterio del punto que desaparece

Hoy iba todo bien.
Monté los puntos. Empecé a tejer. Sonaba música de fondo. Me sentía como una diosa del hilo.
Hasta que… un punto desapareció.

Literalmente. No estaba. Lo conté tres veces.


🔍 El caso del punto perdido

Tejía en circular. Iba por la vuelta 12. De repente, un hueco en la trama. Como si alguien hubiera dicho: “a este punto, no lo invites a la fiesta”.

¿Se cayó? ¿Saltó? ¿Fue abducido?


🧠 Diagnóstico:

  • Aguja mal posicionada: el gancho no recogió el hilo.

  • Tejí demasiado rápido, como si corriera una maratón de punto.

  • Tal vez un fantasma textil quiso probar algo nuevo. (Teoría no comprobada.)


🧵 La reparación (aka cirugía textil)

  1. Identifiqué el hueco (tras 10 minutos de pánico).

  2. Usé un ganchillo para “resucitar” el punto caído.

  3. Lo subí con cuidado por cada vuelta hasta alcanzar el nivel actual.

  4. Lo aseguré con un pequeño punto doble… y un rezo.


💡 Consejo pro (aprendido a la mala):

Ten a mano un ganchillo pequeño siempre.
Nunca sabes cuándo un punto va a tener crisis existencial.


🤯 Reflexión del Día

Perder un punto te hace valorar cada uno de los que se quedan.
Como en la vida: a veces lo que falta te enseña más que lo que está.

Y no, no lloré. Fue alergia al algodón.

29.7.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 16

Día 16: El patrón que me hizo dudar de mi inteligencia

Hoy encontré un patrón que me enamoró a primera vista.
Decía: “Nivel: fácil”.
Pensé: “¡Esto lo hago con una mano y media taza de café!”

Dos horas después, estaba googleando “qué significa 2pd, 1pa, sl tbl en idioma humano”.


🧠 El lenguaje oculto del patrón

¿Por qué los patrones vienen en abreviaciones que parecen contraseñas de Wi-Fi?
Me encontré con líneas como:

*2pd, 1pa, sl tbl, rep hasta fin, girar, tejer como se presenta*

¿Tejer cómo se presenta? ¿Dónde se presenta? ¿Hay una presentación oficial?


🧶 Lo que aprendí (después de llorar un poco)

  • 2pd = dos puntos derecho

  • 1pa = un punto al revés

  • sl tbl = desliza punto tomando por la hebra trasera

  • “tejer como se presenta” = sigue el dibujo que ya tienes

Conclusión: el patrón no era difícil… yo solo no hablo idioma tejido fluido.


☕ Herramientas de supervivencia para estos casos

  1. Tener una chuleta de abreviaciones cerca.

  2. YouTube es tu nuevo mejor amigo.

  3. No empezar patrones “fáciles” sin haber dormido bien.

  4. Aceptar que si no entiendes, no es tu culpa. Es culpa del patrón y su ego.


✨ Reflexión del Día

A veces el tejido no es difícil, solo está mal explicado.
Como cuando pides direcciones y te dicen: “gira donde estaba la panadería que ya no existe”.

Pero al final, punto a punto, se entiende.
Y sí: terminé el patrón.
Con orgullo. Y con subtítulos en mi cabeza.

28.7.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 15

Día 15: El ovillo fugitivo — cuando el gato y la lana se declaran la guerra

Hoy pensaba tener una tarde tranquila de tejido.
Tenía mi ovillo nuevo, la aguja lista, una taza de té con miel, y música suave.
Todo estaba perfecto… hasta que entró el gato.


🐈 El inicio del caos

Mi gato, miró el ovillo. Yo lo miré a él.
Le dije “NO”. Él escuchó “CLARO, JUEGA LIBREMENTE”.

En menos de 5 segundos:
Ovillo en el suelo.
Lana alrededor de la mesa.
Yo corriendo detrás con un ganchillo en la mano como si eso ayudara.


📉 Daños colaterales:

  • Lana cortada en tres puntos.

  • Una taza de café derramada sobre el patrón.

  • Mi gato se sentó triunfante en el medio del caos, masticando una hebra como quien gana el juego.


🧼 Solución de emergencia

Usé el método “recolecta-haz-nudos-rescata-lo-que-se-pueda”.
No es bonito. Pero funciona.
Lo que no funciona: intentar seguir el patrón original con ovillo amputado emocionalmente.


💡 Consejos si tienes gato y tejes:

  1. Guarda los ovillos en cajas cerradas. (Herméticas. Preferiblemente con candado.)

  2. Teje en habitaciones sin acceso felino.

  3. Dale una pelota propia al gato. (Spoiler: no la va a querer.)

  4. Acepta que el hilo nunca será completamente tuyo.


🧶 Reflexión del Día

Tejer con un gato es como cocinar con un bebé:
Posible, sí. Tranquilo, nunca.

Y aunque el ovillo no sobrevivió intacto…
Mi gato tuvo su momento de gloria.
Y yo, una historia para el blog.

27.7.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 14

Día 14: Tejer en público — o cómo descubrí que la gente no puede resistirse a opinar

Hoy decidí salir al parque con mi tejido.
Sol, café para llevar, banquito cómodo… y mi proyecto del día: un cuello en punto elástico.
Spoiler: el cuello no avanzó mucho. Mi paciencia tampoco.


🗣️ Frases reales que escuché mientras tejía:

  • “¡Anda! ¿Eso es crochet o macramé?”

  • “¿No es más fácil comprar uno hecho?”

  • “Yo tenía una tía que hacía eso, pero bien.”

  • “¡Eso se ve complicado! Yo prefiero Netflix.”

  • “¿Todavía se usa tejer?”


🎢 Lo bueno, lo malo y lo divertido

Lo bueno:
Un niño se acercó, me miró y dijo: “¡Guau, haces magia con hilo!”
Ese niño es mi nuevo mejor amigo.

Lo malo:
Una señora me explicó por qué lo que estaba haciendo “no se ve profesional”. Le sonreí como toda tejedora educada… y seguí tejiendo con más rabia.

Lo divertido:
Un señor mayor me preguntó si estaba “hackeando calcetines”.


📌 Tejer en público: consejos de supervivencia

  1. Lleva un proyecto sencillo. Punto fácil = conversación fácil.

  2. Auriculares: tus nuevos mejores amigos.

  3. Sonríe y asiente. Luego olvida lo que dijeron.

  4. Siempre lleva hilo de repuesto. No por el proyecto… por si lo lanzas.


🤷‍♀️ Reflexión del Día

Tejer en público es como sacar a pasear tu creatividad.
Pero prepárate, porque igual que los perros, atrae a todo tipo de personajes.

Y no, señora, no vendo gorritos por encargo.
(¡Todavía no!)

28.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 13

Día 13: El hilo brillante que terminó en tragedia (con lentejuelas)

Hoy quise darle un toque glam a mi tejido.
Vi un hilo con lentejuelas plateadas que decía “ideal para proyectos elegantes”.
Y yo pensé: “Claro que sí. Elegante soy yo.”

Mentira.



✨ Lo que el hilo no decía

  • Que cada lentejuela tiene vida propia.

  • Que la máquina de tejer circular lo odia.

  • Que si va una lentejuela por delante del gancho, se frena TODO.

  • Que terminé más brillando yo que el proyecto.

Intenté avanzar. El hilo se trababa, la máquina sonaba raro, y en un momento, volaron lentejuelas como confeti de cumpleaños maldito.


🧵 Resultado final:

  • Una mini línea de tejido deforme.

  • Lentejuelas sueltas en mi ropa, el piso, el gato.

  • La firme decisión de no volver a comprar cosas “elegantes” sin revisar compatibilidad.



📌 Conclusiones prácticas

  1. Los hilos brillantes son para proyectos manuales, no para máquinas automáticas (salvo que sean muy finos y uniformes).

  2. Si vas a usar lentejuelas, haz pruebas primero.

  3. Prepárate psicológicamente para que tu sala parezca la pista de un show de drag queens al terminar.



💡 Reflexión del Día

A veces lo brillante nos seduce.
Pero como en la vida, en el tejido también hay que preguntarse:

“¿Esto es funcional o solo brilla bonito para Instagram?”

Yo me quedo con los hilos mate… y con mi dignidad, a medio recuperar.

27.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 12

Día 12: Cuando usé la máquina de tejer circular… al revés

Hoy quería hacer un gorrito express con la máquina de tejer circular.
Vi un video en YouTube, me dije: “Esto lo tengo dominado”.

Spoiler: no lo tenía dominado.


🚨 El error: la giré al revés

Sí. Empecé a tejer en sentido antihorario pensando que daba igual.
Al principio parecía ir todo bien, pero a los 15 minutos el tejido empezó a fruncirse raro, los puntos saltaban, y el gorrito parecía una versión textil de un churro deprimido.


📉 Señales de que algo no va bien:

  • El hilo se resiste. Como si la máquina te juzgara.

  • Los puntos parecen borrachos.

  • La tensión no se mantiene.

  • El resultado parece tejido por alguien con sueño y sin gafas (o sea: yo).


🔄 Lección del día

La máquina de tejer circular tiene su lado bueno y su lado rebelde.
Gírala en la dirección correcta. Revisa el manual. No seas yo.

Cuando lo corregí, el gorrito salió en 10 minutos.
Antes de eso, había creado algo que podría usar un muñeco maldito o un aguacate.




🧠 Reflexión del Día

Hoy confirmé que en el tejido, como en la vida:
si vas en dirección contraria, lo notarás tarde… pero lo notarás.

Y también que ningún tutorial de 5 minutos sustituye leer el manual.

26.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 11

Día 11: El misterioso caso de la bufanda sin fin (spoiler: era yo)

Tejí durante tres días seguidos.

Café, música, ovillo nuevo. Todo bien. Pero… cada vez que medía la bufanda, tenía la misma longitud.

¿Ein?
¿Tejí? Sí.
¿Avancé? Claramente no.


📏 ¿Qué pasó?

Pasó que me equivoqué en el conteo. Varias veces.
Y sin darme cuenta, deshacía lo que tejía cada vez que corregía.

También descubrí que el patrón era “reversible”, pero eso también significa que nunca sabes que lado estás repitiendo mal.

Resultado: una bufanda eterna que no crecía, solo giraba en círculos como mi paciencia.


🌀 Síntomas de una bufanda sin fin:

  • Mides cada media hora con esperanza.

  • Empiezas a creer que el ovillo se regenera.

  • Sospechas que el tejido se encoge por las noches.

  • Ya no recuerdas si tejías para regalo, para ti… o por castigo.


🧶 ¿Qué aprendí hoy?

  1. Haz marcas de progreso. Un clip cada 10 cm te salva el alma.

  2. No te fíes del “parece largo ya”. Las bufandas tienen un pacto con el diablo: se ven largas… hasta que te las pones.

  3. Revisa el patrón cada tanto. No cada 6 horas como hice yo.


🧣 Reflexión del Día

Tejer una bufanda sin fin me enseñó paciencia, humildad, y que a veces tejes no para abrigarte… sino para recordar que los errores también forman parte del tejido.

Y que a la próxima, voy a hacer un cuello cerrado. Menos traicionero.

25.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 10

Día 10: Mi gato, mi ovillo y la batalla por el sofá

Todo iba bien.

Sábado, cafecito, ovillos listos, patrón impreso. Iba a tejer un gorrito. Simple. Relajado.

Hasta que entró el Gato.


Mi gato tiene un talento especial para detectar cuándo empiezo algo importante…
Y entonces decide que es el momento perfecto para tirar el ovillo del sofá, correr por el pasillo, enredarse con las cortinas y hacer una instalación artística con mis herramientas.


🐾 Cosas que ocurrieron en menos de 5 minutos:

  • El ovillo fue asesinado.

  • La lana quedó enredada con la alfombra, mi pierna y una silla.

  • Perdí 3 marcadores de punto. Uno estaba en su boca.

  • El patrón ahora tiene huellas y un rasguño artístico.



📌 ¿Qué hice al respecto?

Nada. Absolutamente nada.
Porque claro, el gato se me subió encima, ronroneó y me miró con esos ojos de “yo no fui, tú te estresas sola”.

Y yo… terminé acariciándolo mientras en mi cabeza repetía:

“Esto antes era una bufanda. Ahora es arte contemporáneo en forma de desastre.”


🛠️ Consejos para tejedores con gatos (spoiler: no funcionan):

  1. Guarda los ovillos en cajas con tapa (el gato abrirá la tapa).

  2. Teje mientras duerme (dormirá sobre tu proyecto).

  3. Ignóralo (te saltará al regazo cuando estés contando puntos).

  4. Cómprale su propio ovillo (le gustará más el tuyo).


😹 Reflexión del Día

Tejer con gato es como tejer con una nube con garras.
Te roba lana, destruye esquemas y… te gana siempre.
Pero también te acompaña, te calienta los pies y, de alguna forma, te recuerda que nada tiene que salir perfecto.

24.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 9

 

Día 9: ¿Por qué hay una aguja en mi zapato? El misterio del costurero rebelde

Me desperté con una molestia en el pie. Pensé que era una piedrita en el zapato.

Era una aguja.

Una aguja.
¿CÓMO LLEGÓ HASTA AHÍ? ¿DÓNDE ESTÁN LOS DEDALES CUANDO MÁS LOS NECESITAS?


🧷 Bienvenidos al circo de mi costurero

  • Hay agujas sueltas como si fueran soldados en una misión secreta.

  • Los carretes de hilo se reproducen como conejos, pero siempre falta justo el color que necesito.

  • ¿El dedal? Probablemente se fugó con las tijeras pequeñas.

  • Tengo un metro de costura que se autoenrolla como si estuviera entrenando para ser serpiente.


🎯 ¿Por qué pasa esto?

Porque lo mío no es un costurero.
Es una caja mágica de caos. Como una piñata, pero con más riesgos de herida.

A veces la cierro con cuidado… y cuando la abro otra vez, parece que hubo un terremoto textil de magnitud 8,3.


📦 ¿Solución? Un poco de orden (y mucha resignación)

  • Usar imanes para agrupar agujas (cuando no estén en mis zapatos).

  • Separar los hilos por color y tipo en bolsitas transparentes.

  • Poner dedales y objetos pequeños en cajas más pequeñas (dentro del costurero).

  • Y lo más importante: cerrar bien la caja. Siempre. No sea que el próximo ataque venga desde la estantería.



🤕 Reflexión del Día

Hoy aprendí que la creatividad sin organización es divertida… hasta que te clavas una aguja por accidente.

Pero entre pinchazo y pinchazo, recordé que este caos es mío, y que cada objeto rebelde tiene una historia, una costura, o un “¿quién me mandó a meterme en esto?”

22.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 8

 Día 8: El día que descubrí que el hilo elástico no perdona errores

Hoy quise experimentar.

Porque claro, ya soy una tejedora/costurera con experiencia (según yo) y no me asusta probar nuevos materiales. Así que compré hilo elástico.

Lo había visto en tutoriales. “Ideal para puños”, decían. “Perfecto para cuellos ajustables”.
Nadie dijo: ‘este hilo tiene vida propia y viene a arruinarte el día’. Pero deberían.


🌀 Cosas que me pasaron hoy con hilo elástico:

  • Me cortó la circulación en un dedo. Literalmente.

  • Se enredó solo mientras lo miraba, sin que yo lo tocara.

  • Intenté coserlo con la máquina… y la aguja me dijo “yo no me meto en eso”.

  • El resultado fue un puño tan apretado que puede usarse para cerrar frascos herméticos.


🧶 ¿Qué aprendí hoy?

  1. El hilo elástico NO se trata como un hilo normal.
    Si lo estiras de más, el tejido se encoge tanto que desaparece.

  2. La tensión es clave.
    Demasiada: se arruga. Muy poca: no sirve. O sea, una relación complicada.

  3. Practica primero.
    No lo uses directamente en el proyecto final como si fueras una ninja textil. No eres. Yo tampoco.


🔧 Consejito extra

  • Usa puntadas largas si coses con hilo elástico.

  • No lo pongas en la aguja, solo en la canilla. De verdad. Ni lo intentes.

  • Respira. No es culpa tuya. Bueno… un poco sí, pero se aprende.



🤯 Reflexión del Día

Hoy confirmé que los materiales nuevos son como las parejas nuevas:
al principio parecen geniales, pero si no los conoces bien, terminan apretándote hasta dejarte sin aire.

Mañana volveré a mi querido algodón normal. Ese que no juzga, no se enreda solo y no me obliga a ver tutoriales a las 2 a. m.

12.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 7

Día 7: Cuando dices “solo voy a ordenar mis hilos” y desapareces 3 horas

Todo empezó con una frase inocente:

“Hoy no tejo, solo voy a ordenar un poco el rincón de costura.”

Spoiler: mentira.
No tejí, sí, pero acabé en un agujero negro de ovillos desordenados, agujas mezcladas con lápices, botones que no recordaba tener y una colección de retales que gritan "¡haz algo conmigo, cobarde!".


📦 Las etapas de ordenar tu rincón costuril:

  1. Negación: “Esto me toma 15 minutos.”

  2. Exploración: “¿Cuándo compré este hilo rosa fosforescente?”

  3. Melancolía: “Ay, este retal me recuerda al vestido que nunca terminé…”

  4. Autoengaño: “Podría empezar un nuevo proyecto ahora que encontré esto.”

  5. Colapso: “¿Por qué hay lentejuelas en mi caja de botones?”

  6. Aceptación: Vas por café. Lo dejas todo como estaba. Miras al infinito.

🧵 Lo bueno de ordenar (cuando lo logras)

  • Te reencuentras con materiales que ya habías enterrado emocionalmente.

  • Recuperas espacio físico y mental (más o menos).

  • Descubres que tienes 6 tijeras… y todas están desafiladas.

  • Renace la inspiración (o al menos las ganas de comprarte más cajas).


Consejito útil (que no seguí):
Clasifica por color, tipo de material y frecuencia de uso.
Sí, suena aburrido. Pero evitarás pasar 40 minutos buscando “ese hilo azul que seguro estaba por aquí… o tal vez no…”

😅 Reflexión del Día

Ordenar el espacio creativo es como tratar de peinar a un perro mojado:
parece posible, pero el caos siempre gana al principio.
Aun así, entre hilo y retal, recordé por qué me encanta este pequeño rincón: porque aunque esté lleno de desorden… también está lleno de ideas.

Mañana prometo volver a tejer. Si logro encontrar mi aguja número 4, que ahora mismo... está en paradero desconocido.

11.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 6

Día 6: El jersey que empezó siendo bufanda. O cómo aceptar que el hilo manda.

Tenía una visión clara.

Un jersey sencillo, color neutro, ideal para este clima que no es ni frío ni calor pero sí perfecto para presumir ropa hecha a mano.
Empecé motivada. El ovillo era suave, el punto salía perfecto y mi máquina de tejer circular y yo estábamos en una relación funcional, casi romántica.

Pero cometí un error: no calculé cuánto hilo tenía.

A mitad del cuerpo del jersey… ¡zas!
El ovillo murió. Así, sin avisar, como si hubiera apagado la luz y se fuera por tabaco.
Busqué más del mismo color. Nada. Ni en tiendas, ni en línea, ni en el rincón mágico donde a veces aparecen clips y botones perdidos.

Y ahí estaba yo: media espalda tejida, sin hilo, sin solución y con una única salida digna: convertir todo en una bufanda.

😩 Lo que uno aprende cuando el hilo se va

  1. Nunca empieces un proyecto grande sin saber si tienes suficiente hilo.

  2. Los ovillos a veces mienten. "Rinde 120 metros"… sí, claro.

  3. Las bufandas son el reciclaje elegante del tejido frustrado.


🧶 Resultado final: ¿fracaso? No exactamente

Mi jersey-bufanda resultó… bastante bonito.
Es más, si alguien me pregunta, voy a decir que siempre fue una bufanda. ¿Quién necesita mangas cuando puede tener elegancia enrollada?

La textura quedó perfecta, y aprendí a ver el lado práctico del caos creativo.
El tejido no siempre sale como lo planeas, pero casi siempre terminas con algo útil o que puedes regalar a una tía que te quiera igual.


😄 Reflexión del Día

En el tejido, como en la vida, los planes cambian.
A veces los materiales te dicen: “no va a ser lo que querías, pero igual va a quedar lindo”.
Y uno, con paciencia y buen humor, les hace caso.

Nota para mí misma: comprar más ovillos… y dejar de prometer jerseys.

10.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 5

Día 5: Tela barata (de mala calidad) + exceso de confianza = desastre anunciado (pero aprendí algo)


Hoy aprendí una lección que todo principiante debe vivir para entenderla:


No todas las telas baratas son gangas. Algunas son trampas con estampado bonito.

Fui al mercadillo con toda la ilusión del mundo. Encontré una tela preciosa, con florecitas y un precio tan bajo que pensé: “Esto es una señal del universo”. Lo que no sabía es que el universo también manda señales en forma de tejidos sintéticos que se comportan como bolsas de papas fritas mojadas.

Llegué a casa, la extendí... y ahí empezó la comedia.

  • La tela se resbalaba más que mi gato en el suelo recién fregado.

  • Intenté plancharla y el olor fue a “plástico caliente con decepción”.

  • La costura se fruncía como si estuviera opinando.

Quería hacer un neceser. Terminé con algo que parece una almohada triste. Lo guardaré como recordatorio... o para asustar a futuras telas.

💸 Por qué las telas baratas pueden salir caras

  1. Mala calidad = difícil de coser. No importa lo bonita que sea.

  2. No reaccionan bien al calor. Adiós planchado.

  3. Se deforman con facilidad. Y no en el buen sentido creativo.

  4. Te hacen perder tiempo, paciencia y autoestima costurera.

🧵 ¿Entonces nunca compres tela barata?

¡No! Pero hazlo con precaución:

  • Llévate solo un metro para probar.

  • Toca la tela, no por ser barato va a ser de mala calidad, estírala un poco, si se siente como envoltorio de bocadillo... huye.

  • Úsala para prácticas, no para tu proyecto estrella.

  • Y si compras mucha: ten un plan B. O C. O un mantel.



😅 Reflexión del Día

Hoy no salí con un neceser bonito. Salí con una historia, una quemadura emocional textil y una nueva regla en mi vida:
no confíes en la tela que se arruga solo con mirarla.

Nos leemos mañana, si no me ato las manos para no volver al mercadillo.

9.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 4

Día 4: Cuando la aguja de coser se convierte en tu mejor amiga... y en tu peor enemiga

Hoy tuve un reencuentro.
Yo y la aguja de coser, esa que había dejado olvidada en un rincón desde que la máquina de tejer circular llegó a mi vida como la nueva estrella del taller. Pero claro, no todo se teje: algunos detalles hay que coser a mano, con cariño... y mucho cuidado.

O eso creí.

Me senté decidida, aguja en mano, hilo perfectamente enhebrado (después de tres intentos y un grito ahogado). El objetivo: cerrar la parte final de un gorro con una costura invisible. Fácil, ¿verdad?

FALSO.

La aguja tenía otros planes: me atacó sin piedad.

Pinchazo uno: tolerable.
Pinchazo dos: molesto.
Pinchazo tres: ya hablaba sola.

🩹 Cosas que me pasaron cosiendo hoy

  • Me pinché cinco veces (de las cuales dos fueron en el mismo dedo).

  • El hilo se hizo nudo… dentro del gorro. ¿Cómo es eso posible?

  • Descubrí que coser en una postura rara puede llevar a calambres existenciales.

✂️ Consejo que me repito como mantra:

Nunca subestimes una aguja.
Pequeña, sí. Inofensiva, no.


🧵 Lo bueno de la costura a mano


A pesar del drama, también hubo momentos zen. Cuando logré que la costura quedara recta y cerrara el gorro perfectamente, sentí un orgullo que solo las tejedoras y las abuelas pueden entender.
Coser a mano no es solo una habilidad: es un arte de precisión, paciencia y respiración profunda.

😌 Reflexión del Día

La costura a mano te humilla... y luego te recompensa.
Es como una maestra estricta: exige tu atención, tu pulso, y tu mejor luz natural. Pero al final, si te esfuerzas, te devuelve una pieza bien hecha y un ego bien inflado.

Mañana probablemente vuelva a mi máquina circular. Pero hoy, la aguja me enseñó humildad. Y un poco de dolor en el dedo.

8.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 3

 Día 3: Mi gato cree que la lana es suya. Estamos en guerra.

Hasta ahora todo iba bien: yo tejía gorros, el mundo giraba, y mi máquina de tejer circular me miraba con esa expresión de “venga, uno más”. Pero hoy apareció el enemigo natural del orden y del ovillo perfecto: mi gato.

Hasta este momento, él había sido un espectador pasivo. Se limitaba a observar desde el sofá, juzgando en silencio mis decisiones de color. Pero esta mañana… esta mañana se desató la locura.

Clásico : Yo intentaba montar un gorro en tonos tierra, muy bonito, muy Pinterest. De pronto, escucho el clásico ruido: “rrrriiiiiipppp”. Giro la cabeza. El ovillo está rodando por el suelo, y detrás va mi gato, emocionado, feliz, como si le hubiera comprado el juguete del año.

Y claro, no solo lo desenrolló. No. Lo convirtió en una instalación artística moderna, con lana enredada en las patas de la mesa, la silla, sus bigotes, y (no me preguntes cómo) en el respaldo de mi silla.


😾 Cosas que los gatos no entienden sobre el tejido

  • Que los ovillos no son pelotas.

  • Que la lana no se come.

  • Que si se mete en la bolsa de materiales, puede morir aplastado por 6 conos de hilo y una aguja circular.


🧵 Intenté poner límites… fracasé

Le dije “no”. Me ignoró.
Lo saqué del cuarto. Volvió.
Le puse una caja. Se sentó en la máquina.

Resultado: hoy no tejí nada. Pero mi gato tiene un nuevo lugar favorito para dormir: la bandeja de hilo color beige.

A este punto estoy considerando hacerle su propio gorro, a ver si se calma.

🧶 Consejo para tejedoras con mascotas:

  1. Cierra tu espacio de trabajo. Si no tienes puerta, improvisa con una barrera (tipo apocalipsis zombi).

  2. Guarda los ovillos en bolsas herméticas. A prueba de garras y lenguas.

  3. No uses lana con textura divertida. Es una provocación visual felina.

  4. Distráelo con otro juguete. O un ovillo viejo, que ya hayas llorado por él.

🤷‍♀️ Reflexión del Día

Hoy no fue productivo, pero fue... educativo.
Aprendí que compartir casa con un gato y una máquina de tejer circular es como vivir con dos personalidades intensas: una que quiere producir sin parar, y otra que quiere destruir por diversión.

Y aquí estoy yo, en el medio, preguntándome si es demasiado pronto para empezar un proyecto nuevo... o para mudarme.