30.7.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 17

Día 17: El misterio del punto que desaparece

Hoy iba todo bien.
Monté los puntos. Empecé a tejer. Sonaba música de fondo. Me sentía como una diosa del hilo.
Hasta que… un punto desapareció.

Literalmente. No estaba. Lo conté tres veces.


🔍 El caso del punto perdido

Tejía en circular. Iba por la vuelta 12. De repente, un hueco en la trama. Como si alguien hubiera dicho: “a este punto, no lo invites a la fiesta”.

¿Se cayó? ¿Saltó? ¿Fue abducido?


🧠 Diagnóstico:

  • Aguja mal posicionada: el gancho no recogió el hilo.

  • Tejí demasiado rápido, como si corriera una maratón de punto.

  • Tal vez un fantasma textil quiso probar algo nuevo. (Teoría no comprobada.)


🧵 La reparación (aka cirugía textil)

  1. Identifiqué el hueco (tras 10 minutos de pánico).

  2. Usé un ganchillo para “resucitar” el punto caído.

  3. Lo subí con cuidado por cada vuelta hasta alcanzar el nivel actual.

  4. Lo aseguré con un pequeño punto doble… y un rezo.


💡 Consejo pro (aprendido a la mala):

Ten a mano un ganchillo pequeño siempre.
Nunca sabes cuándo un punto va a tener crisis existencial.


🤯 Reflexión del Día

Perder un punto te hace valorar cada uno de los que se quedan.
Como en la vida: a veces lo que falta te enseña más que lo que está.

Y no, no lloré. Fue alergia al algodón.

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