Día 15: El ovillo fugitivo — cuando el gato y la lana se declaran la guerra
Hoy pensaba tener una tarde tranquila de tejido.
Tenía mi ovillo nuevo, la aguja lista, una taza de té con miel, y música suave.
Todo estaba perfecto… hasta que entró el gato.
🐈 El inicio del caos
Mi gato, miró el ovillo. Yo lo miré a él.
Le dije “NO”. Él escuchó “CLARO, JUEGA LIBREMENTE”.
En menos de 5 segundos:
Ovillo en el suelo.
Lana alrededor de la mesa.
Yo corriendo detrás con un ganchillo en la mano como si eso ayudara.
📉 Daños colaterales:
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Lana cortada en tres puntos.
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Una taza de café derramada sobre el patrón.
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Mi gato se sentó triunfante en el medio del caos, masticando una hebra como quien gana el juego.
🧼 Solución de emergencia
Usé el método “recolecta-haz-nudos-rescata-lo-que-se-pueda”.
No es bonito. Pero funciona.
Lo que no funciona: intentar seguir el patrón original con ovillo amputado emocionalmente.
💡 Consejos si tienes gato y tejes:
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Guarda los ovillos en cajas cerradas. (Herméticas. Preferiblemente con candado.)
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Teje en habitaciones sin acceso felino.
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Dale una pelota propia al gato. (Spoiler: no la va a querer.)
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Acepta que el hilo nunca será completamente tuyo.
🧶 Reflexión del Día
Tejer con un gato es como cocinar con un bebé:
Posible, sí. Tranquilo, nunca.
Y aunque el ovillo no sobrevivió intacto…
Mi gato tuvo su momento de gloria.
Y yo, una historia para el blog.
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