26.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 11

Día 11: El misterioso caso de la bufanda sin fin (spoiler: era yo)

Tejí durante tres días seguidos.

Café, música, ovillo nuevo. Todo bien. Pero… cada vez que medía la bufanda, tenía la misma longitud.

¿Ein?
¿Tejí? Sí.
¿Avancé? Claramente no.


📏 ¿Qué pasó?

Pasó que me equivoqué en el conteo. Varias veces.
Y sin darme cuenta, deshacía lo que tejía cada vez que corregía.

También descubrí que el patrón era “reversible”, pero eso también significa que nunca sabes que lado estás repitiendo mal.

Resultado: una bufanda eterna que no crecía, solo giraba en círculos como mi paciencia.


🌀 Síntomas de una bufanda sin fin:

  • Mides cada media hora con esperanza.

  • Empiezas a creer que el ovillo se regenera.

  • Sospechas que el tejido se encoge por las noches.

  • Ya no recuerdas si tejías para regalo, para ti… o por castigo.


🧶 ¿Qué aprendí hoy?

  1. Haz marcas de progreso. Un clip cada 10 cm te salva el alma.

  2. No te fíes del “parece largo ya”. Las bufandas tienen un pacto con el diablo: se ven largas… hasta que te las pones.

  3. Revisa el patrón cada tanto. No cada 6 horas como hice yo.


🧣 Reflexión del Día

Tejer una bufanda sin fin me enseñó paciencia, humildad, y que a veces tejes no para abrigarte… sino para recordar que los errores también forman parte del tejido.

Y que a la próxima, voy a hacer un cuello cerrado. Menos traicionero.

25.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 10

Día 10: Mi gato, mi ovillo y la batalla por el sofá

Todo iba bien.

Sábado, cafecito, ovillos listos, patrón impreso. Iba a tejer un gorrito. Simple. Relajado.

Hasta que entró el Gato.


Mi gato tiene un talento especial para detectar cuándo empiezo algo importante…
Y entonces decide que es el momento perfecto para tirar el ovillo del sofá, correr por el pasillo, enredarse con las cortinas y hacer una instalación artística con mis herramientas.


🐾 Cosas que ocurrieron en menos de 5 minutos:

  • El ovillo fue asesinado.

  • La lana quedó enredada con la alfombra, mi pierna y una silla.

  • Perdí 3 marcadores de punto. Uno estaba en su boca.

  • El patrón ahora tiene huellas y un rasguño artístico.



📌 ¿Qué hice al respecto?

Nada. Absolutamente nada.
Porque claro, el gato se me subió encima, ronroneó y me miró con esos ojos de “yo no fui, tú te estresas sola”.

Y yo… terminé acariciándolo mientras en mi cabeza repetía:

“Esto antes era una bufanda. Ahora es arte contemporáneo en forma de desastre.”


🛠️ Consejos para tejedores con gatos (spoiler: no funcionan):

  1. Guarda los ovillos en cajas con tapa (el gato abrirá la tapa).

  2. Teje mientras duerme (dormirá sobre tu proyecto).

  3. Ignóralo (te saltará al regazo cuando estés contando puntos).

  4. Cómprale su propio ovillo (le gustará más el tuyo).


😹 Reflexión del Día

Tejer con gato es como tejer con una nube con garras.
Te roba lana, destruye esquemas y… te gana siempre.
Pero también te acompaña, te calienta los pies y, de alguna forma, te recuerda que nada tiene que salir perfecto.

24.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 9

 

Día 9: ¿Por qué hay una aguja en mi zapato? El misterio del costurero rebelde

Me desperté con una molestia en el pie. Pensé que era una piedrita en el zapato.

Era una aguja.

Una aguja.
¿CÓMO LLEGÓ HASTA AHÍ? ¿DÓNDE ESTÁN LOS DEDALES CUANDO MÁS LOS NECESITAS?


🧷 Bienvenidos al circo de mi costurero

  • Hay agujas sueltas como si fueran soldados en una misión secreta.

  • Los carretes de hilo se reproducen como conejos, pero siempre falta justo el color que necesito.

  • ¿El dedal? Probablemente se fugó con las tijeras pequeñas.

  • Tengo un metro de costura que se autoenrolla como si estuviera entrenando para ser serpiente.


🎯 ¿Por qué pasa esto?

Porque lo mío no es un costurero.
Es una caja mágica de caos. Como una piñata, pero con más riesgos de herida.

A veces la cierro con cuidado… y cuando la abro otra vez, parece que hubo un terremoto textil de magnitud 8,3.


📦 ¿Solución? Un poco de orden (y mucha resignación)

  • Usar imanes para agrupar agujas (cuando no estén en mis zapatos).

  • Separar los hilos por color y tipo en bolsitas transparentes.

  • Poner dedales y objetos pequeños en cajas más pequeñas (dentro del costurero).

  • Y lo más importante: cerrar bien la caja. Siempre. No sea que el próximo ataque venga desde la estantería.



🤕 Reflexión del Día

Hoy aprendí que la creatividad sin organización es divertida… hasta que te clavas una aguja por accidente.

Pero entre pinchazo y pinchazo, recordé que este caos es mío, y que cada objeto rebelde tiene una historia, una costura, o un “¿quién me mandó a meterme en esto?”

22.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 8

 Día 8: El día que descubrí que el hilo elástico no perdona errores

Hoy quise experimentar.

Porque claro, ya soy una tejedora/costurera con experiencia (según yo) y no me asusta probar nuevos materiales. Así que compré hilo elástico.

Lo había visto en tutoriales. “Ideal para puños”, decían. “Perfecto para cuellos ajustables”.
Nadie dijo: ‘este hilo tiene vida propia y viene a arruinarte el día’. Pero deberían.


🌀 Cosas que me pasaron hoy con hilo elástico:

  • Me cortó la circulación en un dedo. Literalmente.

  • Se enredó solo mientras lo miraba, sin que yo lo tocara.

  • Intenté coserlo con la máquina… y la aguja me dijo “yo no me meto en eso”.

  • El resultado fue un puño tan apretado que puede usarse para cerrar frascos herméticos.


🧶 ¿Qué aprendí hoy?

  1. El hilo elástico NO se trata como un hilo normal.
    Si lo estiras de más, el tejido se encoge tanto que desaparece.

  2. La tensión es clave.
    Demasiada: se arruga. Muy poca: no sirve. O sea, una relación complicada.

  3. Practica primero.
    No lo uses directamente en el proyecto final como si fueras una ninja textil. No eres. Yo tampoco.


🔧 Consejito extra

  • Usa puntadas largas si coses con hilo elástico.

  • No lo pongas en la aguja, solo en la canilla. De verdad. Ni lo intentes.

  • Respira. No es culpa tuya. Bueno… un poco sí, pero se aprende.



🤯 Reflexión del Día

Hoy confirmé que los materiales nuevos son como las parejas nuevas:
al principio parecen geniales, pero si no los conoces bien, terminan apretándote hasta dejarte sin aire.

Mañana volveré a mi querido algodón normal. Ese que no juzga, no se enreda solo y no me obliga a ver tutoriales a las 2 a. m.