8.5.25

🧵 Diario de una Tejedora en Apuros - Día 3

 Día 3: Mi gato cree que la lana es suya. Estamos en guerra.

Hasta ahora todo iba bien: yo tejía gorros, el mundo giraba, y mi máquina de tejer circular me miraba con esa expresión de “venga, uno más”. Pero hoy apareció el enemigo natural del orden y del ovillo perfecto: mi gato.

Hasta este momento, él había sido un espectador pasivo. Se limitaba a observar desde el sofá, juzgando en silencio mis decisiones de color. Pero esta mañana… esta mañana se desató la locura.

Clásico : Yo intentaba montar un gorro en tonos tierra, muy bonito, muy Pinterest. De pronto, escucho el clásico ruido: “rrrriiiiiipppp”. Giro la cabeza. El ovillo está rodando por el suelo, y detrás va mi gato, emocionado, feliz, como si le hubiera comprado el juguete del año.

Y claro, no solo lo desenrolló. No. Lo convirtió en una instalación artística moderna, con lana enredada en las patas de la mesa, la silla, sus bigotes, y (no me preguntes cómo) en el respaldo de mi silla.


😾 Cosas que los gatos no entienden sobre el tejido

  • Que los ovillos no son pelotas.

  • Que la lana no se come.

  • Que si se mete en la bolsa de materiales, puede morir aplastado por 6 conos de hilo y una aguja circular.


🧵 Intenté poner límites… fracasé

Le dije “no”. Me ignoró.
Lo saqué del cuarto. Volvió.
Le puse una caja. Se sentó en la máquina.

Resultado: hoy no tejí nada. Pero mi gato tiene un nuevo lugar favorito para dormir: la bandeja de hilo color beige.

A este punto estoy considerando hacerle su propio gorro, a ver si se calma.

🧶 Consejo para tejedoras con mascotas:

  1. Cierra tu espacio de trabajo. Si no tienes puerta, improvisa con una barrera (tipo apocalipsis zombi).

  2. Guarda los ovillos en bolsas herméticas. A prueba de garras y lenguas.

  3. No uses lana con textura divertida. Es una provocación visual felina.

  4. Distráelo con otro juguete. O un ovillo viejo, que ya hayas llorado por él.

🤷‍♀️ Reflexión del Día

Hoy no fue productivo, pero fue... educativo.
Aprendí que compartir casa con un gato y una máquina de tejer circular es como vivir con dos personalidades intensas: una que quiere producir sin parar, y otra que quiere destruir por diversión.

Y aquí estoy yo, en el medio, preguntándome si es demasiado pronto para empezar un proyecto nuevo... o para mudarme.


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