Día 30: Iba a hacer un cuello… terminé inventando una nueva especie textil
Hoy decidí improvisar.
No tenía patrón. Solo un ovillo lindo, unas agujas circulares y la frase peligrosa:
“Total, es solo un cuello, ¿qué puede salir mal?”
Respuesta: TODO.
🎢 Evolución del “cuello”:
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Vuelta 10: se veía bien.
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Vuelta 20: ya era raro.
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Vuelta 30: estaba creciendo hacia los lados… y hacia arriba.
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Vuelta 40: parecía una versión tejida de una medusa espacial.
Intenté justificarlo.
“Es un diseño libre, contemporáneo…”
Pero ni yo me creí eso.
🤯 Intentos de rescate:
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Lo bloqueé. Se deformó más.
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Le puse un borde. Empeoró.
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Lo doblé y fingí que era una bolsa.
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Ahora es… decoración abstracta de mi estantería.
📌 Qué aprendí:
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No todos los experimentos salen bien.
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No todos los ovillos son obedientes.
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No todo lo que empieza como cuello quiere ser un cuello.
🧶 Plan B oficial:
Lo guardaré como ejemplo de “textura experimental sin rumbo”.
Perfecto para mostrar que hasta las tejedoras más comprometidas… tenemos nuestros Frankenstein textiles.
🎭 Reflexión del Día
No todos los proyectos tienen que ser útiles.
Algunos son solo lecciones.
Y este me enseñó a leer un patrón, usar muestra, y no subestimar un ovillo retorcido.
